LA COMUNICACIÓN
ODONTÓLOGO - PACIENTES
Hoy en
día, en la sociedad actual, la imagen y el concepto del odontólogo han ido
cambiando con el tiempo, se han realizado grandes avances científicos, se ha
mejorado la técnica de ejecución de los tratamientos, los equipamientos se han
modernizado y los materiales se han vuelto mucho más estéticos. Todos estos
aspectos ayudan a establecer las bases de una mejor relación paciente–dentista.
Los pacientes al acudir a la consulta
establecen una relación con su dentista y con el equipo de profesionales que
les tratan durante sus visitas. La base fundamental de esta relación debe estar
siempre dentro del marco de la confianza. Esta relación se debe cuidar y
mantener al máximo, de manera constante, vigilando todos sus aspectos ya sean a
nivel científico, técnico, o de relación social o amistad .
La comunicación dentista–paciente se
debe establecer y mantener de manera continua durante todas las visitas y en
todas las fases del tratamiento. De este modo, se puede llegar a una plena
satisfacción por ambas partes.
Esta relación se inicia desde la
primera visita, que es el primer contacto, la primera vez que se encuentran, se
observan y dialogan, es el momento decisivo y desde ese primer momento se va a
definir el futuro de esta relación. En esta relación la confianza se debe ir
ganando poco a poco, y demostrando, con la información veraz que damos al
paciente –usando un lenguaje claro y adaptado a su nivel socio–cultural, cuál
es su estado y cuál es su realidad con respecto al tratamiento, sin olvidar que
hoy en día debe quedar todo reflejado en el consentimiento informado . Nunca
hay que olvidar que la relación hay que cuidarla también animando a colaborar
al paciente día a día, así como manteniéndolo siempre motivado cita a cita y de
cara a que sus cuidados posteriores y a que su salud oral se conserven siempre
en buen estado.
La motivación es uno de nuestros
mayores retos, donde el odontólogo debe conseguir que lo que se les está
enseñando a los pacientes sea aceptado e integrado en sus costumbres y
conductas y, de este modo, se convierta en un hábito de salud. Para ello la
comunicación ha de ser bidireccional y ganarse su confianza, o sea, que se
deben y se pueden usar estrategias de educación sanitaria, como aclarar dudas
que le surjan y transmitir conocimientos e información para que el paciente se
vaya haciendo cada vez más responsable de su estado de salud, sin olvidar
siempre en esta relación darle los estímulos positivos adecuados para mantener
al día esta comunicación en perfecto estado.
La motivación es una respuesta
interna del individuo al conocimiento previamente elaborado, que le anima y le
empuja a actuar en función de satisfacer una necesidad. Es compleja y conlleva
un conjunto de ideas, sentimientos, deseos y esperanzas que inician, mantienen
y regulan el comportamiento hacia determinados objetivos.
Existen dos tipos de motivaciones por
todos conocidas: la intrínseca, propia del individuo, que es consustancial con
él mismo, y la extrínseca, que es una forma de persuasión en la que se
priorizan los deseos del profesional sobre los del individuo.
En la comunicación y relación con el
paciente hay una serie de factores que influyen a la hora de iniciar, mantener
y estimular su colaboración, como los modelos y comportamientos verbales y los
modelos y comportamientos no verbales. Se llega a entablar una relación
multidimensional entre el paciente y el dentista, más o menos simétrica, se
crea un ambiente emocional entre ambas partes, en donde el paciente obtiene, o
siente que obtiene, lo que necesita bajo su punto de vista, y en donde el
dentista le ofrece lo más indicado para su caso bajo el prisma de su conciencia
y de la salud integral ; así, la relación resulta satisfactoria y de calidad .
MIEDO
CONFIANZA
ÉXITO